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miércoles, 26 de octubre de 2011

Manualidades fantasmales para hacer con los chicos

En el mismo espíritu del post anterior, (click acá, si te lo perdiste) seguimos compartiendo manualidades fantasmales para hacer con los chicos.

La consigna es divertirnos juntos, incentivar su lado creativo, reciclando objetos de uso diario y sin gastar muchos pesos.

Los invitamos y los fantasmas hicieron acto de presencia.


Para hacer los fantasmitas necesitaremos:

Una botella de gaseosa o detergente o ...
Un par de palitos de helado o para brochettes o revolvedores de café (en este caso, de una de esas casas donde para servirte el café necesitan saber tu nombre, te tutean y luego, cuando te lo cobran no te hacen precio de amigo)
Una pelota de telgopol o la bocha del jabón de lavar la ropa
Gasa
Almidón
Plasticola
Cinta adhesiva 

Accesorios a elección: 
Marcador indeleble, pincel y témperas, plasticola de color
Sombreros, bufandas, ojos, cadenas, etc.

En primer lugar, armamos el esqueleto.  Sobre un costado de la botella, acomoden los palitos de madera, a modo de brazos.  Una vez que encuentren la posición que les gusta, sujeten los palitos con cinta adhesiva.

Coloquen la cabeza (pelota de telgopol), sujetándola con cinta adhesiva.  La bocha del jabón de lavar le da a la cabeza una forma medio aplanada (como si hubiera sido aplastado por ¿un piano? en su vida anterior) lo que es muy conveniente para calzarle un sombrero.

Les sugiero que lo armen sobre una bandeja, tabla de lavar, o en un lugar fuera del paso ... porque habrá que dejarlo en reposo por algunas horas.  

Cubran el esqueleto con el paño de gasa.  Me costó bastante conseguir paños suficientemente grandes en las farmacias de la zona.  Utilicé paños de 30 x 30.  La que compré para la prueba decía que eran dos paños de 30 x 30.  Cuando abrí el paquete, me encontré con un paño de 30 x 60 y ¡me alegró el día!.  Ese tamaño me permitía hacer un fantasma de un tamaño respetable, con buenos pliegues y con margen para que la "túnica" arrastrara lo suficiente como para tener una buena base que lo mantuviera parado por sus propios medios.

La sorpresa desilusión fue cuando los chicos desplegaron sus paños ... ¡medían 30 x 30! con lo que no eran suficientemente largos para colgar generosamente de ambos lados.  

¡Aguja, hilo! y a zurcir para unir los dos paños.  Los fantasmitas ahora "lucirían" una cicatriz.  ¿Sería una lesión de guerra?  ¿Un accidente feroz?  ¿Habrá sido la espada de algún pirata? ... vaya uno a saber.

 








El drapeado y los pliegues tienen que ser lo suficientemente explícitos como para que "intuyamos" los brazos debajo de la túnica y tiene que arrastrar un poco.

Hay que rociarlo bien, por todos lados y todos los ángulos con almidón y dejarlo en reposo hasta que esté seco.

Mi experiencia: ... no debo saber usar el almidón, ... no encontré el almidón correcto, ... soy de la generación que no almidona, ... no sé.

No hubo caso.  Cuando se secó, no había adquirido la rigidez necesaria para "desmoldarlo".  Reintenté un par de veces.  (Me felicité por haber hecho uno de prueba varios días antes de que vinieran los chicos).

Cuando ya me había dado por vencida,  cuando las evidencias de que había estado almidonando se veían por todos los rincones del lavadero, cuando ya estaba buscando otras ideas ... apareció ¡mi "superman"!

"Dejame probar a mí"... se dió media vuelta y se fue.

Volvió con otro rociador y un tarro de plasticola.  Diluyó plasticola con un poco de agua ... a ojo ... y roció mi fantasmita.

¡Santas Pascuas! ... como diría una amiga.  

Ya sea porque el fantasmita intuyó que ya no podía seguir jugando con nosotros, porque la resaca de almidón y plasticola aplastó su resistencia o porque la plasticola era la dosis indicada para estos síntomas ... la cosa es que, finalmente, el fantasmita adquirió entidad.

Retiré el esqueleto, desprendiendo la gasa, con cuidado.  ¡Voilà!, Monsieur Le Phantôme.

 



Los chicos repitieron estos pasos (sin el fiasco del almidón) para hacer los suyos, pintaron los ojos, boca, etc. con marcador indeleble y lo decoraron con sombreritos que, luego de un par de pases de magia tijera y pincel, sacamos de una caja de huevos.








Lo mejor: la pelota de telgopol, la botella, los palitos (con lo que cuesta el café, les aseguro que tendrán varias vidas más ... mi "superman" los ha utilizado para hacer un par de posafuentes utilizando la técnica del entrecruzado) pueden reutilizarse para hacer otra banda de fantasmas, en otras actividades o para crear los adornos para navidad.

 
 

Acompañada por este aquelarre de fantasmas (¿aquelarre es sólo para denominar un grupo de brujas?  ¿o también podremos usarlo para los fantasmas?), me despido y les recuerdo que en el próximo capítulo cocinaremos "momias" ... después de todo, a los chicos y los fantasmas también hay que alimentarlos.

1 comentario:

marcela cavaglieri dijo...

Scary Halloween!!!! jajaja A los chiquitos les va a encantar!

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