Una de las ventajas de trabajar en/desde casa es la flexibilidad de horarios y la posibilidad de improvisar sobre la marcha a medida que se presentan las oportunidades.
El otro día, un rato antes de empezar a pensar "¿y ahora qué me preparo para almorzar?", me llamó un amigo.
De esos a los que no veo por años, de esos que siempre tengo presente, de esos amigos cuya sola mención remite a épocas remotas, anécdotas de picardías, viajes compartidos, aventuras y complicidades que marcaron una etapa dorada en nuestras vidas.
De esos con los que alguna vez borroneamos los límites de la amistad, y para los cuales siempre reservaremos un rinconcito del corazón.
"Dale, te espero. ¿No querés venirte a almorzar?"
Donde come uno, comemos dos.
Ustedes ya saben cómo es en casa: recetas 1, 2, 3.
En ocasiones así, las alternativas infalibles para salir del apuro son: pasta con alguna salsa desenterrada del freezer (salsa de tomate, bolognesa o pesto), ensalada de fideos, milanesas (otro comodín del freezer) con puré, ensalada, cous cous o similar guarnición, guiso de lentejas (¡freezer! I love U)
... o en casos extremos: delivery del chino: chau fan y/o chau mien.
De esos amigos con los que se puede contar para conversar, dialogar, descargarse, encontrar contención, recurrir para un abrazo, compartir el dolor por la pérdida de esos otros compinches que en los últimos meses, de un día para el otro y sin previo aviso, decidieron abandonarnos, dejándonos a todos perplejos y, como a los Beatles, sin oportunidad de volver a juntarnos para rememorar esos tiempos que añoramos.
Feliz como una perdiz empecé con los preparativos del almuerzo (no hace falta que los invitados sepan que sólo fue abrir el cajón del freezer y recalentar), poner la mesa "para invitados", ... y caí en la cuenta.
¡¡¡¡No hay postre!!!!
No soy muy de postres. En mi freezer no hay helados, en casa no hay chocolates. Sólo había dos manzanas en la heladera. Humilde contribución. Bajo impacto.
... con estos días otoñales, la humedad, la lluvia, ¿qué mejor que un postre calentito?
Receta 1, 2, 3 ó cómo transformar dos manzanas en un postre para impresionar amigos y abrigar los corazones.
Apple Crumble (Crocante de Manzana)
Manzanas 6 (1 kilo)
Manteca/Margarina 6 cucharadas (150 gramos)
Azúcar 9 cucharadas (se puede reemplazar por Stevia, ver equivalencias en el envase)
Harina 12 cucharadas
Canela, Nueces, Pasas de Uva, a gusto
Cortar las manzanas en rodajas finitas y distribuir en el fondo de una fuente apta para horno.
Mezclar los otros ingredientes, desmenuzando la manteca, hasta que queden como si fueran migas
Incorporar las nueces picadas, pasas de uva, canela, etc.
Cubrir las manzanas. A veces, espolvoreo la canela sobre las manzanas, otras veces, la mezclo con el resto de los ingredientes.
Cocinar en horno moderado 30 minutos.
En este caso, adapté la receta proporcionalmente para las dos manzanas disponibles.
El postre se cocinó mientras nosotros almorzábamos charlando sin prisa y sin pausas. El aroma a manzanas y canela invita a seguir de sobremesa, con una taza de café.
Se puede acompañar con un copo de crema batida o una bocha de helado.
Siempre acompañarlo con una buena charla, una ronda de amigos y una gran dosis de buen humor ... aún cuando, como en esta ocasión, recordemos a quienes ya no están.
Los mejores momentos han sido siempre aquellos en los que nos reímos a carcajadas.
Al momento de servir el postre, sumé una anécdota más a las acumuladas a lo largo de todos estos años de amistad.
"¡Esperá!, tengo que sacarle una foto antes de comerlo". (Imaginen la expresión de su cara)
... todo sea por el blog!
¡Un brindis por los amigos, la buena comida y el blog!